Hablando con combatientes de otros paises para poder completar la información que figura en Wikipedia, David Gomez (Mil Espadas, Colombia), me pasó un artículo de 2010 en el que uno de sus compañeros estudio y recopiló la evolucion que había tenido el softcombat en su país hasta ese momento.
Me ha parecido interesante, y como tengo que sintetizar la información para subirla a wikipedia, he pensado en postear aquí el artículo completo, para que quien quiera pueda consultar el texto original.
HISTORIA DEL SOFTCOMBAT
Pablo Ortiz Morales
Determinar el lugar exacto de origen del Softcombat es bastante complicado, por no decir imposible. Al parecer se trata de una muy buena idea que surgió en varias mentes a la vez en Norte América, Europa y Australia a finales de los 70’ y principios de los 80’. Bajo el nombre de LARP (Live action role-playing), nace como técnica para el desarrollo de batallas no coreografiadas de baja contundencia física, que ayudara en la ambientación y desarrollo de partidas de rol más físicas y “reales” que las convencionales partidas de rol con dados. Para este propósito, los practicantes fabricaban sus propias armas, llamadas boffers, utilizando esterilla y cinta americana para simular con ellas las batallas que llevaban a cabo sus personajes dentro del juego.
La técnica del “combate suave” se expandió rápidamente por el mundo gracias a la diversidad de usos que encontró entre los aficionados al rol y sus aplicaciones como deporte y apoyo al entrenamiento de artes marciales, dividiéndose así en dos estilos: el LARP preocupado por boffers más suaves y la interpretación de personajes; y el Softcombat con un enfoque más deportivo buscando un combate más real.
Este último hizo su entrada a Colombia por Medellín a principios de la década pasada. De la mano de Esteban González apareció en el 2003
Medieval Paint Wars, con boffers fabricados con palos de madera y espuma amarilla se aplicaban las reglas de Softcombat tradicional bañando las armas con una pintura, fácil de limpiar, para marcar el golpe en el oponente.
La técnica de la pintura era engorrosa e incómoda para los participantes por lo que uno de los nuevos miembros del naciente grupo de Esteban, Lucas Gómez, propuso un cambio en los materiales y en la fabricación.
La primera innovación en los boffers trajo un cambio de nombre para la comunidad,
Medieval Wars, ya que continuaba el mismo enfoque del juego, pero ahora sin pintura. El palo de madera fue reemplazado por PVC y la espuma amarilla comenzó a ser recubierta con un poliuretano comprimido color negro, conocido entre la comunidad de jugadores como EVA, dándole así a los boffers su primera forma de espada y una contundencia ideal para combates agitados pero seguros.
Este “salto cuántico” dio origen a una de las dos marcas distintivas del sistema de Softcombat de Medellín: el reglamento. Aplicando la filosofía de eliminación a un toque y haciendo vulnerables las extremidades (en el Softcombat tradicional, los antebrazos sirven como escudo) este reglamento, más flexible que el tradicional, permitió un combate más ágil, más agresivo (con mínimo daño) y más realista.
Si bien desde el comienzo hasta ahora las reglas permanecen sin variaciones significativas, la novedosa forma de fabricación de los Boffers, usando EVA y PVC en lugar de la tradicional esterilla y cinta americana utilizada por el resto de comunidades de Softcombat y LARP, fue una innovación que, aunque en un principio sólo buscaba un juego más ágil y práctico, marcó el inicio de un proceso de evolución artística y artesanal que llega hasta nuestros días y que permea cada aspecto de la corporación ¡La preocupación por el realismo!
Este nuevo material permitió a los herreros alimentar las fantasías de los jugadores, ahora los samuráis podían tener sus catanas y los vikingos sus hachas y escudos. Se podía interpretar personajes desde un troll con un mazo hasta un caballero imperial con una lanza, dado que, aunque no muy realistas, los boffers ya tenían la forma básica del arma que representaban.
Esta diversidad en el arsenal trajo la preocupación por un vestuario adecuado, así camisas rotas amarradas en brazos y piernas, pelucas de viejas máscaras, faldones improvisados con cortinas, botas militares, guantes de cuero y otros tantos ingeniosos elementos fueron la primera versión de algo que desde entonces se convirtió en parte fundamental del normal transcurrir del juego ¡los atavíos!
Aunque en un principio fue desordenado y “a tientas”, la elaboración del atavió fue dejando de ser un gesto espontáneo de los jugadores para ser una preocupación seria de las directivas. Primero fue el diseño y la venta de capas, chalecos de piel y petos de soldado, inspirados principalmente en la fantasía de las películas y la literatura. Para el 2004 el campo de batalla vería el primer casco metálico fabricado por Juan Bustamante, hoy directivo y herrero de la corporación, a partir de una olla de acero.
Ahora bien, la preocupación por el vestuario es algo compartido con la mayoría de las comunidades de Softcombat, sobre todo con las europeas, pero la preocupación por el realismo en los boffers constituye la segunda marca distintica de la comunidad de Medellín.
Se comenzó por eliminar el relleno de espuma amarilla, para darle un aspecto plano, más similar al de una espada real. El juego se tornó así más contundente y las protecciones de cuero, desde guanteletes hasta armaduras completas, aparecieron en el campo.
Durante un par de años las espadas no variaron mucho en su construcción, salvo por el mango que pasó de cinta a sesgo, y de sesgo a tira, el boffer seguía siendo negro y más ancho que un arma real, mientras que el vestuario y los accesorios alcanzaban cada vez más el aspecto del original que intentaban recrear. Para el 2006, la brecha del realismo entre atavíos y boffers obligó a buscar una manera de hacer estos últimos un poco más reales.
¡El color negro era el problema! Se intentó solucionar con pintura y con EVA de colores hasta que la cuerina cromada tomo su lugar. No sólo le daba el aspecto plateado brillante deseado a la espada, este recubrimiento alargó la vida del producto de unos cuantos meses a un par de años. De ahí en adelante los materiales y la forma de construcción no variaron mucho, los herreros se dedicaron por completo a recrear de forma exacta todas las armas de la antigüedad y las eras de la espada, perfeccionando el arte de la mano factura de boffers para Softcombat.
Así, lentamente los atavíos dejaron atrás la fantasía y la exactitud histórica comenzó a ser la preocupación que guió el curso de la búsqueda de materiales y técnicas de fabricación, hasta el punto de dar origen al -Taller Temático-, un espacio dedicado a la creación de utilería, ilustraciones conceptuales, diseño de moda y mucho más, con el propósito de hacer realizable cualquier fantasía, no sólo para la comunidad de Softcombat sino también para cine, televisión, locales comerciales, eventos y cualquier otro tipo de servicio.
Con el cambio de nombre en 2008 y las mejoras en la administración, la comunidad cultural Mil Espadas, bajo la batuta de Lucas Gómez y Juan Bustamante (También directivos y herreros del taller), daba el último paso para transformarse en lo que es hoy.
La pericia alcanzada por los practicantes de este sistema de Softcombat, el realismo de los combates y los servicios del Taller Temático a disposición de la corporación, hacen a Mil Espadas una verdadera corporación de recreacionismo histórico, comprometida y responsable, que trasciende del simple entretenimiento.
Lo que comenzó como un reducido grupo de juego en la terraza de una ludoteca ahora ajusta alrededor de cien miembros y 8 años de un proceso de innovación y aprendizaje. Hoy la Corporación Cultural Mil Espadas, además del juego semanal de los Sábados (En el parque obrero de la Villa de Aburrá, a partir de las 2:00 pm), ofrece talleres artesanales para la construcción de objetos inusuales para nuestra época (accesorios para la batalla o la vida cotidiana), cuenta con un grupo de bardos y juglares dedicados a rescatar y fomentar antiguas costumbres del entretenimiento y cuenta con grupos de estudio dedicados a buscar las historias y costumbres de las diferentes culturas representadas en el juego. También ha participado en la realización de videos musicales y puestas en escena para conciertos, eventos y fiestas. La participación más notable del grupo se da en la celebración del bicentenario de independencia de Colombia en Julio de 2010, con la recreación histórica de la batalla del puente de Boyacá en Medellín.
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