El alma de la espada es la base sobre la que construiremos, por lo que es muy importante hacer esta parte bien a la primera.
El alma debe ser resistente, suficientemente rígida, a la vez que flexible: rígida para aguantar los golpes y mantener su forma, y flexible para que se doble y no cause daño en caso de dar un golpe fuerte o una estocada. Además, intentaremos que la espada quede equilibrada, lo que se consigue cuando preparamos el alma.
Para fabricar el alma necesitaremos una varilla de fibra de vidrio de 8 mm. de diámetro. Insisto en lo importante que es que NO sea hueca. Las varillas huecas se rompen por la empuñadura, ya que aunque son un poco más flexibles y ligeras, son mucho menos resistentes.
También necesitaremos dos piezas de varilla roscada de hierro de M8 de 25cm. de longitud, cinta de embalar, la sierra, papel de lija y cinta americana.
Comenzamos.
Fijándonos en el diseño que ya hemos hecho, cortamos la varilla de fibra de vidrio a la longitud necesaria para que una vez terminada la espada, la distancia de seguridad de la punta y el pomo sean las adecuadas. En nuestro caso, la varilla tiene que tener una longitud de 92’5cm. Medimos los 7’5 cm. sobrantes, marcamos y cortamos con la sierra.
Una vez realizada esta operación, lijamos uno de los extremos de la varilla hasta que quede mas o menos redondeado. Lo importante en este paso es que no queden aristas vivas en el extremo que después será la punta. Hay que ser muy cuidadosos con esto. Siempre es mejor que la punta quede redondeada a que quede cilíndrica o cuadrada. Si no hay aristas vivas, reduciremos el riesgo de que la varilla corte la gomaespuma por la punta y pueda salir por delante, con el consiguiente peligro para quien pueda recibir el golpe (figura 4).
Usando una lija del 2 queda un acabado muy redondeado con muy poco esfuerzo.
El extremo que no hemos lijado corresponde al extremo en que ira la empuñadura y la guarda. En este extremo vamos a colocar las dos piezas de varilla roscada de hierro.
Al hacer esto, la empuñadura tendrá más cuerpo, lo que nos permitirá sujetar la espada con más firmeza. También haremos que tenga más peso en la empuñadura que en la hoja, lo que nos permitirá manejar la espada de una forma más precisa y cómoda (la hoja se levantará con un simple movimiento de muñeca, ya que la empuñadura tenderá a bajar y la punta subirá). Eso es el equilibrado de la espada.
Dado que cada uno tiene unos brazos y hombros diferentes, os animo a que equilibréis vuestras espadas de acuerdo a vuestro estilo de combate y necesidades. Podéis utilizar varillas de mayor o menor longitud para cambiar el centro de gravedad y el peso total, o varillas de M6 para distribuir el peso mejor alrededor de la varilla de fibra de vidrio... haced pruebas hasta encontrar lo que busquéis. Una espada ligera es buena para duelos, mientras que una espada más pesada va bien para entrenar y para batallas.
Nuestra espada básica lleva dos piezas de 25 cm. en el extremo de la varilla que NO hemos lijado. Se colocan paralelamente a la varilla y se forran totalmente con cinta de embalar. Procurad que queden bien paralelas a la fibra de vidrio y que la cinta de embalar esté colocada bien fuerte. Tomaros el tiempo que haga falta.
Si sólo utilizamos dos varillas roscadas, deben quedar paralelas a la varilla de fibra de vidrio.
Desconozco porque la cinta de embalar sujeta las varillas tan bien, pero es la que mejor resultado nos ha dado. No utilicéis cinta americana, porque luego la cola de contacto no agarra bien sobre ella, y se os despegaría la empuñadura. Si se os arruga la cinta de embalar mientras forras las varillas no os preocupéis, va a quedas cubierto con cola, gomaespuma, cuerda y cinta aislante, y las arrugas cogen mejor la cola.
Una vez sujetas las varillas, coged el alma de la espada por la empuñadura, como si fuera la espada y comprobad que el peso va bien. Así es como sabréis si la espada está equilibrada a vuestro gusto. Esto no es una ciencia exacta, así que tendréis que aprender a hacerlo al tacto. Si no os gusta como queda, soltad la cinta de embalar y cambiad la combinación de varillas.
Para finalizar colocaremos la protección de la punta. Si tenemos cuero o serraje, cortamos 2 tiras de 3-4 cm de largo y 1 cm de ancho (como máximo), y las colocamos sobre la punta en forma de cruz, las doblamos hacia abajo y las sujetamos con un poco de cinta de embalar. Sobre el cuero colocaremos dos piezas de cinta americana, como sigue.
Si no tenemos cuero o serraje, cortamos dos piezas de cinta americana de unos 4-5 cm. de largo y las pegamos en la punta, de forma que el extremo quede en el centro de las dos piezas, y la punta tenga un cuadrado de cinta americana, algo similar a un pequeño matamoscas. Intentad que el “matamoscas” sea paralelo a las varillas de metal en el otro extremo.
Una vez concluidos estos pasos, habremos terminado el alma de la espada. Si lo habéis hecho bien tendréis un alma de una sola pieza que os durará más que la espada.
He aquí un lote de almas listas para convertirse en gladius de gomaespuma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario