viernes, 30 de diciembre de 2016

Y así pasa un año más

Hacía muchisimo que no escribía un desvario. En el fondo sólo va a ser un post de fin de año. Creo que he estado unos 3 años sin actualizar el blog, salvo por los artículos y noticias que subía Sairalinde.
La verdad es que no me acordaba de cuanto me gustaba escribir y publicar, compartir con vosotros. La verdad es que me encanta investigar, leer y escribir sobre otros eventos, teorías, etc.
En 2013 nació mi niña y sabía que iba a ser dificil compaginarlo todo, así que fui dejando cosas poco a poco. Deje la presidencia de la Federación Española de Softcombat, ya constituida, deje de organizar el festival de juegos de mesa (antes de que naciera, la verdad), dejé de organizar Filo de Jade (2015 fue mi último año, gracias Nara por tomar las riendas para 2016), dejé la junta de mi asociación A.C. Forjadores, y en general dejé aquello que no me reportaba satisfacción o que no podía atender adecuadamente. Curiosamente en 2014 me embarqué en otro proyecto bastante más grande, Versum.
Lo curioso es que estos años han sido realmente dificiles, y ahora que vuelvo al blog supongo que es porque las cosas vuelven a ir bien o al menos están en camino. Estuve a punto de perder mi familia, problemas serios en el trabajo y todo junto me ha pasado factura en la salud. Sin embargo, la vida sigue y gracias a esas personas que tanto quiero ahora vuelvo a escribir aquí con ganas y a disfrutar de mis hobbies. No prometo mucha continuidad, ya que tengo muy poquito tiempo para escribir. He decidido escribir sólo aquello que me apetezca, así que ya no voy a hacer rastreo y seguimiento de los diferentes torneos y actividades de softcombat y relacionadas que haya por la red; si que voy a hablar más de Larp, ya que los últimos años le he dedicado más tiempo; también intentaré contaros nuestras experiencia en el Larp con niños (ya nos hemos llevado a la "princesa guerrera" a un par de eventos); y en especial el Drachenfest de este año, adonde vamos los 3, mi querida Morgan, la princesa guerrera Caliope y yo (volvemos a la carretera!).
Bueno, ya es Navidad, y a mi si me gustan. Espero que la cabra de Yule os haya traido armas y armaduras nuevas y flamantes.
Disfrutad mucho del nuevo año que comenzamos!

jueves, 15 de diciembre de 2016

Las escalas del rol (by Alejo del norte, 2015)

En esta ocasión pretendo hablar de la escala del rol desde el punto de vista de la organización. Cuando me refiero a escala me refiero al tamaño adecuado para organizar una partida de rol, en el sentido más amplio de la palabra. Es por ello que voy a considerar todo tipo de juegos de rol, desde rol de mesa hasta rol en vivo de cualquier tamaño. Tener en mente la escala de una partida de rol nos va a permitir no caer en ciertos errores de organización relativamente habituales.

Un organizador y poca gente

Empezando por la escala menor nos encontramos la partida de rol de mesa. Se trata de una partida para entre 1 y 7 jugadores, con un ideal situado entre los 4-5, sin contar con el narrador o master. El mínimo es obvio, al menos ha de haber dos personas para poder crear un dialogo del que surja una historia, la partida de rol propiamente dicha. El máximo de siete puede parecer excesivo para alguno, pero bueno, si contamos con un grupo en que las ideas fluyan puede llegarse a este número. El problema de contar con demasiada gente en una partida de rol de mesa es que al tratarse de una conversación, no hay tiempo para que todos los participantes aporten algo. Lo más habitual en estos casos es que las personas con más ingenio o don de gentes monopolicen la escena sin dejar que todos participen. El master puede evitar esto hablando por separado de vez en cuando con cada uno de los participantes, pero esto puede suponer mucho tiempo de espera para el resto, especialmente si son muchas las interrupciones para diálogos aparte.
Todo el que haya intentado llevar una partida con más de 8 jugadores habrá descubierto que un sólo master no puede atender a tanta gente de manera adecuada. Una posibilidad que se abre aquí es aumentar el número de master, pero dado el control que ejerce el master en una historia de rol de mesa, no suele ser fácil que dos personas se coordinen de forma adecuada. Es por eso que si contamos con un número de personas mayor de 8 y la posibilidad de contar con uno o dos organizadores podemos dar el salto al siguiente nivel, seguramente con mejores resultados.
No quiero pasar al siguiente punto sin antes mencionar que el espacio necesario para organizar este tipo de evento es mínimo, desde una mesa en un bar, pasando por el salón de casa o por la cocina de tu madre. Jugar a rol de mesa realmente no tiene que implicar necesariamente una mesa, pero si que suele ser recomendable un lugar plano donde utilizar dados, lápiz y papel, los instrumentos que normalmente se utilizan en este tipo de partidas.

Uno o dos organizadores, una cantidad de gente importante

Esta es la siguiente escala, ya contamos con un número de gente importante, esto es, el número de gente para la que se recomienda reservar antes de ir a cenar o tendremos problemas de espacio. En esta escala pasamos del rol de mesa al rol en vivo en su modalidad de salón. Es un salto importante, sobre todo porque cambiamos de elemento, de usar lápiz, papel y dados pasamos a utilizar (hasta cierto punto) nuestras cualidades interpretativas y normalmente un sistema más o menos sencillo para representar nuestra acciones (e incluso es opcional). El número de personas necesarias para realizar un rol en vivo de salón se sitúa entre las 8 a las 25-30 personas. Por su parte encontraremos la necesidad de contar con entre uno y dos organizadores, aunque aquí puede darse el caso de que entren más personas en el equipo sin causar problemas.
En el rol en vivo de salón el master ya no controla todas las acciones que ocurren y la partida se suele desarrollar entre los jugadores sin participación directa del master. En general, nótese que estamos generalizando y que puede haber ejemplos que se salgan de esta clasificación, el rol en vivo de salón implica una cierta interacción social entre los jugadores que cuentan con unos objetivos que llevar a cabo durante el tiempo que dura la partida. Dada su naturaleza, se suelen denominar como eventos de "politiqueo" donde contar con buenas dotes interpretativas y cierta capacidad para las relaciones sociales suelen ser muy convenientes.
El nombre del evento hace referencia al espacio necesario para llevarse a cabo, un salón o espacio similar, aunque puede valer cualquier espacio donde pueda desarrollarse la conversación entre los participantes, ya sea éste un parque, varias habitaciones de una casa o un bar de copas.

Cuando la gente aumenta

El tipo de dinámica utilizada en el rol en vivo de salón cuenta con un límite definido por el número de gente que participa y el tiempo que esta tiene para relacionarse e interactuar con el resto de participantes. Normalmente la interacción con otros participantes requiere de un tiempo mínimo para realizarse y lo más común es que en un evento de ciertas proporciones no lleguemos ni siquiera a conocer a todos los integrantes del mismo. Se puede tener como referente que lo más normal es que lleguemos a interactuar con unas 20 personas como máximo y no en la misma intensidad con todas ellas, por lo que un exceso de gente puede entorpecer la participación. Esto sin olvidar el factor tiempo, si con 8-30 personas podemos plantear una actividad con una duración de una tarde, para que un mayor número de personas puedan interactuar necesitaremos muchas más horas, simplemente para que haya tiempo de conocer y valorar a los participantes con los que interactuar.
Lo mismo puede decirse del equipo organizador, debemos aumentarlo en base al aumento de participantes. Un ratio interesante es el de un organizador por cada 25 participantes. Yo no recomendaría exceder este ratio en un rol en vivo en el que cada participante tiene un personaje y unas tramas bien definidas por la organización. Cuando hablo aquí de organizadores hablo de la figura del master o creador de personajes y tramas. Esto no quita para que en la organización general del evento pueda haber auxiliares que se encarguen de otras tareas como puede ser el encargarse de comprar atrezzo para ambientar la partida o en realizar la recepción de participantes al evento.


Por los motivos anteriormente citados, este aumento de gente lo limitaría hasta alcanzar la cifra de 100 personas. Con este número de participantes normalmente necesitaremos un equipo de 4 master, un número suficiente para llevar a cabo el ingente trabajo de organización de este tipo de evento y no excesivo como para tomar decisiones, ya que demasiadas cabezas implican demasiadas opiniones, generalmente más que el número de cabezas. Sin olvidar, por supuesto, un número apropiado de auxiliares para otras tareas necesarias, como ya hemos comentado.
Al tratarse de un evento de esta envergadura, lo ideal es contar con un amplio espacio donde desarrollarlo y un tiempo suficiente para aprovechar al máximo el esfuerzo invertido. Lo habitual en estos casos suele ser un albergue donde pasar noche y con espacio suficiente para todo lo que sea necesario para la partida de rol. Llegados a este punto podríamos diferenciar entre eventos con sistema más o menos sencillo, sin sistema, de softcombat, de supervivencia y un largo etcétera de variantes, pero aquí no quiero centrarme más que en la cuestión de la escala, independientemente del formato que pueda tomar la partida de rol.

Aún más gente

Superados los 100 participantes el paradigma de la partida de rol cambia de nuevo. Al igual que se dio un salto del rol de mesa al rol en vivo, ante cierto número de participantes las dinámicas con personajes y objetivos comienzan a complicarse y a amenazar con destruir el evento que tanto esfuerzo se desea llevar a delante. Soy consciente de que hay eventos con hasta 150 personas que toman el formato de un rol en vivo al uso, pero muchas veces he visto que al final se organizan como eventos de menor tamaño que coexisten en un tiempo y un espacio pero sin apenas relación entre sí. No obstante, tal vez la mejor fórmula si queremos mantener la estructura de organización de un rol en vivo al uso.
Dicho esto, considero que si se quieren superar los 150, 200 o 1000 participantes, como hacen algunos de los eventos de mayor tamaño del norte de Europa o Norteamérica, debemos de cambiar el sistema de organización del evento, o no habrá suficientes organizadores ni tiempo en el universo para llevar a cabo el evento. En este caso lo recomendable es que la organización del evento tenga una estructura muy definida, con entre 3 y 4 personas en la dirección, una cantidad importante de auxiliares, optándose por un ratio de un auxiliar por entre 25-45 participantes; y aprovechar al máximo las tareas que pueden integrarse en la participación en el evento, esto es, facilitar que ciertas tareas las realicen los participantes. Entre estas últimas podríamos incluir ciertas tareas de gestión de las dinámicas del evento, como puede ser ofrecer suministros a los jugadores, llevar el control de quien acude al comedor o cualquiera que no requiera realizar una toma de decisión importante. Eso sí, para que esto último funcione, es recomendable crear un sistema de recompensas de forma que se garantice la buena disposición para cumplir con estas tareas.
No pretendo que estas sean las únicas maneras de organizar un evento, pero si que ante la perspectiva de organizar un evento, sea cual sea el número de participantes, se tengan en mente estos principios sobre organización y escala. Ya que si al menos nos paramos por un momento a pensar en la dimensión y escala del evento que deseamos llevar a cabo, podremos planificar mejor el equipo material y humano necesario para llevarlo a buen puerto. Porque, muchas veces, una gran idea de partida de rol puede verse enormemente truncada por unos medios insuficientes para su éxito.