Tras estos días de ajetreo y actividades de temática oriental, es el momento de contaros que tal ha ido todo, al menos desde el punto de vista del softcombat.
En primer lugar, comentar que las actividades de Forjadores de este año han salido según lo previsto, aunque la afluencia de participantes a la zona de juegos de mesa no ha sido tanta como en otros años, pero se ha debido a que este año nos han colocado bastante escondidos y fuera de zonas de paso, pero el año próximo lo solucionaremos.
El resto de las jornadas en la línea de siempre.
Las dos actividades que hemos organizado Vadob y yo han sido el torneo y el taller de equipos de softcombat.
El torneo lo resolvimos el sábado por la mañana. Con 20 inscritos lo resolvimos en forma de eliminatoria simple, y la final, al tener 3 finalistas la resolvimos con un triangular por suma de puntos. Tras esto dejamos los equipos para que la gente pudiera probarlos y disfrutar de unos cuantos combates. La valoración ha sido bastante buena, sin embargo hemos tenido un incidente.
Es la primera vez que expulsamos a un participante por romper reiteradamente la regla de brutalidad durante el mismo combate, además, su oponente decidió abandonar, entre otras cosas, para evitar golpearle en la cara con la misma fuerza. Nunca nos había pasado esto en los 6 años que llevo organizando torneos. Lo peor es que ambos luchadores son habituales de nuestros torneos y conocen las reglas a la perfección.
Por esta razón, he decidido empezar a levantar actas de todos los torneos que organice, indicando todas las incidencias y resultados, con nombres y apellidos.
La segunda actividad ha sido el taller de armas de softcombat, que ha tenido muy buena acogida. Unos 12 participantes que han asistido de principio a fin, y una 20 de personas que ha pasado por él preguntando y consultando qué hacemos y cómo lo hacemos. Al final no ha habido que sortear las armas, ya que cada grupo ha hecho la suya y se la ha llevado.
En general, satisfecho.
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