sábado, 22 de junio de 2013

Corresponsal de guerra: Forjacero VIII (by Khendra)

La organización ASSOR, con la colaboración de GEA, ha inaugurado el presente mes con la octava edición de Forjacero. Aunque el reto lanzado de llegar a los doscientos participantes quedó muy lejos de ser alcanzado, sí se sobrepasó de nuevo la centena a despecho de la proximidad de los exámenes y la coincidencia con otros eventos.
Como era previsible, dada la fecha, el verdadero protagonista de la jornada fue el calor. Y, aunque esperado, este enemigo fue despiadado e inmisericorde, especialmente con los que íbamos más protegidos. Las armaduras fueron nuestro "talón de Aquiles" hasta que, poco a poco, la mayoría sucumbimos.
El día se saldó con una muy meritoria victoria del Caos y una más que merecida derrota del bando del Orden, que solo lo tuvo de nombre. Desde la confusión creada por la desaparición del general a media partida, pasando por la falta de obediencia de los soldados, hasta el empleo de estrategias (quizá debidas a la falta de experiencia en este tipo de eventos) cuya extraña lógica escapa por completo a mi comprensión. Como muestra un botón: en la planificación de la defensa de una posición elevada en la que el bando defensor no tenía respawn y el atacante sí, se optó por renunciar a la elevación y ampliar el frente de batalla, con la idea de evitar que los jugadores se estorbasen unos a otros. De este modo, sin refuerzos ni ventaja posicional, la línea cedió en pocos minutos. Y esto me lleva a pensar que quizá estemos demasiado acostumbrados al rol personal, del tipo de juegos como el Skyrim, y muy poco al concepto global de ser uno más de un ejército, ya sea general o soldado, e intentar funcionar como colectivo, como partes de un todo, que sería lo ideal en este tipo de Rev de batallas o Larp. Sin embargo, cuando llegó su turno, el Caos sí supo aprovechar la ventaja del terreno y establecieron una barrera defensiva infranqueable.
Además de este escenario, pudimos disfrutar de nuevo de una batalla por el control del Golem (y aprovecho para destacar el mérito del heroico máster que luce como nadie el traje bajo semejante calor); escenarios del tipo ocupar y mantener; duelos contra los Nazgûl y varios con la regla de “lucha por honor”, en la que uno muere cuando considera que sus heridas serían mortales, sin contar puntos de vida. Dado que en esta ocasión los llamados “inmortales” lo fueron más que nunca, cada vez me convence más este tipo de sistema, más sencillo para los que respetan las normas e igual de irrelevante para los que no.
Por otro lado, el tema de los puntos de vida basados en criterios estéticos está siendo muy polémico. Debido al calor que hacía, hubo muchos que optaron por la semi-desnudez, opción ésta muy respetable y hasta comprensible. El problema radica en que la asignación de puntos no tiene unas bases definidas por lo que no es raro encontrar jugadores perfectamente caracterizados aunque sin armadura a los que se les otorgan 6 puntos de vida mientras que otros con atrezzos de elaboración precaria obtienen más. Esto puede deberse al reparo de la organización por adjudicar penalizaciones (“malus”) a los que se limitan a respetar los colores de la facción (nos referimos a jugadores veteranos, no a los que vienen por primera vez sin caracterizar, por supuesto) sin preparar más su caracterización, lo cual acaba promoviendo la idea del “todo vale”.
Esto perjudica especialmente a los mártires de las armaduras de placas con gambesón cuyo máximo son 16 puntos y que, pasadas las primeras dos horas, apenas podían moverse. La conjunción de todos estos factores me hace temer que se produzca un progresivo descenso del número de guerreros bien pertrechados, que es normal que sientan que su esfuerzo en comprar y portar sus armaduras no se ve suficientemente apreciado en comparación con los que llevan un bañador más o menos disfrazado. Y, en mi opinión, la pérdida de este tipo de jugadores o de sus indumentarias menoscabaría parte del atractivo de Forjacero.
En esta octava cita también hubo novedades: en primer lugar, la presencia de carteles explicativos de la normativa sobre armas y, en segundo, la separación de los nuevos jugadores al principio del evento para hacer un repaso de las normas básicas mientras a los veteranos se les preparó un juego por equipos. Detalle muy de agradecer, ya que evita que los habituales, que han oído lo mismo durante varias ediciones con pocos cambios, distraigan con su charla a los novatos o tengan que aguantar estoicamente media hora de explicaciones que ya conocen.
Por lo demás, solo me queda decir que a pesar de las condiciones climatológicas y los pequeños problemillas que pudieron surgir, fue un Forjacero tan divertido y emocionante como los anteriores y que, a pesar del agotamiento físico absoluto, siempre deja con ganas de más. De nuevo los organizadores destacaron por su gran paciencia, su buen ánimo y su capacidad de organización, valga la redundancia, aprovechando las caracterizaciones de algunos grupos para enriquecer el ambiente del evento. Y como fiel seguidora, espero que, tras el descanso estival, tengamos una nueva oportunidad de participar en otro sanguinario enfrentamiento entre las temibles hordas del Caos y los bravos paladines del Orden.
Podéis ver vídeos del evento en el grupo de Facebook, o visitar esta estupenda galería de fotos, y además algunos vídeos de propina:




No hay comentarios:

Publicar un comentario