En primer lugar, hay que resaltar que barato no significa gratis. En lo que se refiere a hobbys, pocos son los que no requieren una inversión inicial y el plantearse no realizarla es ridículo. Sería como tratar de ir a esquiar sin esquíes, ni traje de nieve, ni gafas… Volveríamos a casa con una pulmonía, dolor de cabeza y sin saber qué se siente al deslizarse por una ladera. Aunque evidentemente la primera vez que vaya no voy a comprarme todo el equipo, lo alquilaré o pediré prestado, pero, si me ha gustado la experiencia y pienso repetir, sí que es de sentido común el ir, poco a poco, adquiriendo algunas cosas.
Se aducirá que el dinero no llega… Pues bien, estoy segura de que querer es poder y hasta del presupuesto más ajustado se puede ir arañando algo y, miguita a miguita, ahorrar lo necesario. Por no hablar de ingresos extras en cumpleaños, Navidades, reducir salidas a cenar o de cervezas, un par de eventos a los que no se vaya… Y es que últimamente se habla mucho de la inmersión pero es imposible que se produzca un fenómeno como ese si no se cuidan los detalles. No obstante, si queréis hacer bien las cosas aún sin desembolso económico id de mendigo, unos harapos procedentes de sábanas viejas y un bastón hecho con una tubería de Pvc forrada, betún de judea por encima y listo. Pero no pretendáis ir de príncipe con la misma facilidad.
En segundo lugar, en mi opinión, para empezar y poder controlar el gasto, hay que pensar qué personaje se adapta más a nuestros gustos o fisionomía, lo que prefiráis. En muchos eventos se permite elegir el personaje libremente y en los que no, en las listas suele haber una variedad bastante codificada, por lo que es fácil poder adaptar un determinado tipo a ambientaciones muy diferentes con solo cambiar o añadir pequeños detalles como colgantes, capas… o incluso el maquillaje. La mayoría de las veces, la clave de una caracterización espectacular está en prestar atención a aspectos aparentemente triviales.
Pero, algo que sí debieseis tener en cuenta a la hora de pedir un determinado personaje es que hay una diferencia enorme entre el rol en vivo y el rol de mesa y que vuestra elección va a condicionar la de otros. Lo que quiero decir es que vuestro personaje debería ser fácilmente reconocible por todos los demás jugadores sin necesidad de preguntar nada a nadie, y si no estáis dispuestos a hacer el esfuerzo de al menos disfrazaros adecuadamente, dejad libre el campo a otros que sí lo estén. Es absurdo y triste ver gente que va con que parece ser lo primero que pilló al salir de casa, ocupando posiciones destacadas, mientras sus subalternos no sólo tienen mejor aspecto, sino que además han ideado complementos a su interpretación, tales como varitas de luz, frascos de pociones, vómito…
Por último, para no entrar en las circunstancias particulares de cada uno, voy a crear los arquetipos con productos procedentes de páginas web comerciales que cualquiera puede encargar cómodamente desde el salón de su casa. Además intentaré que sea variado para dar una panorámica amplia de las distintas opciones pero siempre de las que conozco; es decir, que sé que son de fiar. Podéis objetar la cuestión de los gastos de envío, variados en las distintas páginas pero en muchas no son demasiado elevados o con pedidos no demasiado grandes desaparecen. Y si no, recurrid a la consabida opción de pedir entre varios y repartir los gastos.
Ya está Internet saturado de tutoriales de cómo hacer esto y lo demás allá, algunos con más acierto que otros. No estoy para nada en contra de las manualidades, he visto auténticas obras de arte tanto en atrezzo como en armamento caseros… pero, desgraciadamente, son los menos. La mayoría son auténticas chapuzas improvisadas a última hora de cualquier manera y, con frecuencia, sin tener demasiado en cuenta medidas básicas de seguridad. Hacer algo de calidad requiere espacio, creatividad, habilidad, dedicación y dinero, que los buenos materiales no son precisamente baratos y sin buen material no hay artista capaz de crear nada decente. Si no se reúnen esas condiciones es mejor no meterse en berenjenales, al final habréis desperdiciado un montón de tiempo y dinero en basura que, con suerte, durará para un evento.
Se podría objetar que, al ser totalmente imposible, a mi juicio, y vistas las posiciones absolutamente enfrentadas, conseguir un mínimo consenso entre las asociaciones, en el caso de las armas hay diferencias muy sustanciales en las medidas permitidas. Pues bien, solución sencillísima y de cajón: comprad una que os guste, que verdaderamente os encante, que la miréis y penséis que sois afortunados por tener ese arma. Lo demás cae por sí solo. La mayoría de las veces las medidas son orientativas y nadie dice nada por unos centímetros por encima y, es más, muchas veces las cintas métricas brillan por su ausencia. Incluso, frecuentemente se flexibilizan las normas por el hecho de ser armamento de factura comercial, más seguro y más estético en el 99% de los casos y porque todos sabemos que no se pueden tener mil y una espadas de distintas medidas y cincuenta escudos de diferente tamaño y forma.
Y sobre todo, no seáis ingenuos, esta es una actividad pensada para divertirnos. TODOS. No para demostrar lo superguay que es uno, no para pagar las frustraciones del trabajo, no para machacar a otro, especialmente si no lleva armadura, no para estudiar los reglamentos para exprimir al máximo los huecos que pueda tener… Somos adultos y debería de notarse. Querer ganar está bien y es humano pero no a costa de cualquier cosa, para eso ya está la vida real. No pasa nada si nuestra espada es cinco centímetros más corta del máximo permitido, se puede vivir con ello.
Dos casos diametralmente opuestos.
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